Construido en la Avd. Guadahortuta, 9 (por entonces una de las entradas al pueblo), sus inicios podrían situarse en 1950 cuando los espectadores tenían que llevarse sus propias sillas para estar sentados.
Más tarde su propietario, Jacinto, instaló sillas de anea sujetas entre si formando filas. Recuerdo su vestíbulo lleno de carteles y el llamativo forrado de las parades con fibra de vinilo para evitar resonancias. Antes de la proyección (solo existía un proyector como en el famoso "Cine Paradiso"), la megafonía emitía valses como "El Danubio Azul", cuando no el celebrado tema "Eugenia de Montijo". Las películas que más se daban eran las españolas, sobre todo del sello Cifesa, mexicanas y "americanas", exhibiéndose las carteleras en la plaza del pueblo.
"El Beso de la Muerte", una de cine negro, fue de las primeras en programarse y de la única que conseguí el folleto de mano. Recuerdo otra, "Nobleza Baturra", interpretada por Miguel Ligero, que tenía una graciosa secuencia en la que éste iba montado en un burro por la vía mientras el tren venía por detrás silbando y él decía ¡Chufla, chufla, que como no te apartes tu...! Y en "Morena Clara", con Lola Flores, el fiscal le pregunta a "Regalito" (Ligero) por sus apellidos y éste contesta:"Solo tengo uno; es que soy "probe". Con "La Pasión del Señor" supe lo que era llorar en el cine. Los galanes preferidos de mi madre eran Jorge Mistral, que quedaba muy bien en películas como "La Duquesa de Benamejí", y "La Hermana San Sulpicio", y, por otra parte, el cantor Jorge Negrete con sus maravillosos films "Allá en el Rancho Grande" y "Jalisco Canta en Sevilla".
En los años 70 el local quedaría para salón de bodas y en 2012 lleva ya 35 años cerrado, sin ser demolido y sin que nadie le de ningún uso. (Texto y fotos enviadas por Severiano Iglesias)